Jornada “Explorando el MicroMundo”. Los microorganismos hacen mucho más que enfermarnos

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El Río Tinto debe su característico color a la alta concentración de ión férrico.

El Río Tinto debe su característico color a la alta concentración de ión férrico.

Los microorganismos no son sólo pequeños seres causantes de enfermedades a los cuales hay que inutilizar. Colaboran en los ciclos biogeoquímicos, ayudan a las plantas a fijar nutrientes y sirven como modelos de vida en ambientes extraterrestres. Si la conferencia que impartió Miguel Vicente en la Semana de la Ciencia 2010 en la Universidad Miguel Hernández trataba de cómo generar nuevos antibióticos, en el ciclo “Explorando el MicroMundo” el objetivo consistió en la aproximación al público al mundo microbiano desde una óptica distinta: la diversidad microbiana y su importancia sobre la Biosfera. Esta actividad, destinada fundamentalmente a estudiantes de Biotecnología y Ciencias Ambientales, aspira a ser de interés para estudiantes de otros grados y licenciaturas y para el público en general. Los profesores del departamento de Producción Vegetal y Microbiología Manuel Sánchez Angulo, Inmaculada Meseguer, Marina Torreblanca y Francisca Colom organizan esta jornada que clausuró la Semana de la Ciencia en la Universidad Miguel Hernández.

Virus que mueven la vida

Una de las grandes revoluciones de la Microbiología surgió cuando los investigadores se dieron cuenta de que la relevancia de los virus no radicaba únicamente en su capacidad para producir enfermedades en el hombre, sino que son importantes agentes dinamizadores de la vida. En el medio ambiente hay una gran diversidad de virus que afectan, no sólo a animales y plantas, sino, sobre todo, a los microorganismos: protozoos, bacterias… La actividad de los virus moviliza una gran cantidad de materia, de manera que participan de manera decisiva en el funcionamiento de la biosfera siendo actores principales de los ciclos biogeoquímicos, como por ejemplo el ciclo del dióxido del carbono.
Josefa Antón, profesora de Microbiología de la Universidad de Alicante, en su charla “El poder de lo invisible. Los virus en el medio ambiente” aporta una visión global del funcionamiento de la vida del planeta merced a los efectos de los virus sobre ella.

Las plantas necesitan ayuda para nutrirse

El éxito de las cosechas, que alimentan a la población humana, depende en buena parte de que sean capaces de captar los nutrientes del suelo. A través de las raíces las plantas contactan de una manera íntima con el suelo tanto para sostenerse en pie como para poder absorber el agua y los nutrientes minerales necesarios para subsistir. Para lograrlo cuentan con la ayuda de los microorganismos que están presentes en el suelo, concretamente de los hongos, que se asocian a las raíces de las plantas formando unas estructuras denominadas micorrizas. Se trata de una asociación en la que ambos organismos se benefician entre sí denominada simbiosis mutualista en la que el hongo obtiene hidratos de carbono y vitaminas que es incapaz de producir por sí mismo.
Alberto Miguel Stchigel de la Universidad Rovira i Virgili en su charla “Biodiversidad de los hongos del suelo y su importancia para el hombre” profundizó en la importancia de del estudio de los hongos implicados en el crecimiento vegetal.

Río Tinto: Marte en la Tierra

La cuenca del Río Tinto en Huelva constituye un ecosistema microbiano realmente llamativo. Su caudal presenta un intenso color rojo debido a la presencia de ión férrico en solución. La elevada concentración de metales pesados como cobre o cadmio, la extrema acidez de sus aguas y la escasez de oxígeno determinan un ambiente extremo en el que la posibilidad de la vida se circunscribe a unos pocos microorganismos. Bacterias, hongos y algas especialmente adaptados a este ambiente son además objeto de estudio de la NASA, ya que se considera que el Río Tinto es un análogo terrestre a las condiciones ambientales en Marte, y por lo tanto, es posible que en el planeta rojo exista vida que utilice las mismas estrategias de supervivencia que los microorganismos del río onubense.
Los satélites cuya misión consiste en tomar muestras de Marte y buscar indicios de vida extraterrestre pasan un control de calidad en Río Tinto para comprobar que son capaces de atravesar la corteza, tomar muestras del interior y posteriormente analizarlas.
El interés de la búsqueda de vida en Marte quedó patente en el denominado proyecto MARTE (Mars Analog Research and Technology Experiment), que se desarrolló desde 2003 hasta 2006 y que consistía en la toma de muestras y la posterior caracterización microbiológica de la denominada Faja Pirítica Ibérica, zona en la que se ubica Río Tinto.
Ricardo Amils, catedrático e investigador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y del Centro de Astrobiología, en su charla “Interés astrobiológico de un ambiente ácido extremo, Río Tinto” muestra el trabajo de investigación de su grupo acerca de la vida extrema en Río Tinto y sus implicaciones astrológicas.

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