Coche eléctrico, un presente no tan cercano
Entradas, Reportajes 10 mayo, 2011En el último Consejo de Ministros, celebrado el pasado 6 de mayo, se ha aprobado destinar 72 millones de euros en ayudas para la adquisión de vehículos eléctricos, además de regular la creación de “electrolineras” y recuperar la tarifa eléctrica nocturna. Una gran inversión para promover una tecnología que la mayoría de la población no percibe como algo que esté en la calle.
Mientras que este mismo año Renault sacará al mercado su primer coche eléctrico fabricado en España, el Twizy, el jefe del Departamento de Transporte del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, calcula que hasta 2020 no habrá más de un 10% de vehículos eléctricos en las carreteras españolas.
El coche eléctrico es, hoy en día, una realidad, pero únicamente para una autonomía de unos 70 kilómetros y una velocidad urbana. La empresa murciana Comarth (Compañía Martínez e Hijos) se dedica al diseño y fabricación de coches eléctricos con estas prestaciones cuyas aplicaciones son, fundamentalmente, industriales, turísticas y de mantenimiento. “Hay que tener paciencia, y asumir que en proximidad el coche eléctrico es mucho más competitivo, eficiente y cómodo de conducir. Uno de nuestros vehículos consume, en proximidad, un euro y medio a los 100 kilómetros, mientras que cualquier motor de combustión, para estas aplicaciones y al precio actual de los combustibles fósiles cuesta unos diez o doce”, afirma Cándido Amorós, Director Comercial de Comarth. “Existen modelos cuyas prestaciones son más acordes con el mercado actual de coches con motor de explosión, pero su elevado precio, similar, por ejemplo, al de un Mercedes de alta gama, los hacen poco accesibles para el consumidor medio”, añade Ámoros.
«La acumulación de la energía eléctrica es el hándicap que, hasta el momento, impide su comercialización a gran escala en el segmento turismo»
La tecnología de los motores eléctricos está totalmente desarrollada, pero debe solucionarse un gran hándicap para su comercialización a gran escala en el segmento turismo: la acumulación de la energía. El amperaje que necesitaría un coche eléctrico análogo al de uno con motor de combustión actual requiere baterías muy grandes, que aumentan el peso del vehículo y además lo encarecen hasta el punto de hacerlo no competitivo.
Coches como el cinco plazas ZOE de Renault poseen batería de litio, que supone la tecnología más prometedora, aunque, en opinión de Amorós todavía no se encuentra en el momento óptimo para su aplicación sistemática en vehículos de cuatro ruedas: “El litio es un material escaso en el planeta, caro y además, se trata de baterías cuyo reciclaje es problemático por su elevado coste. Aparte de estos inconvenientes, estos dispositivos emiten gases explosivos que podrían combustionar. Un incendio de estas características, por otra parte, no se puede apagar con agua”. De este modo, estas baterías deben llevar lo que denomina BMS (Battery Management System), que actúa como mecanismo de control para evitar el sobrecalentamiento y su posible explosión. Las baterías que está utilizando actualmente Comarth son de plomo ácido, que constituye la tecnología más probada y que además son reciclables 100% de una manera sencilla, hasta el punto de que su reciclaje puede suponer ingresos.
Mientras exportan el 80% de su producción a países europeos, Comarth desarrolla tres proyectos de investigación para poder ser más competitivos. Uno de ellos consiste en el desarrollo de un motor que combina la batería con súper-condensadores para aprovechar la frenada regenerativa y optimizar su rendimiento. Jesús Martínez Cuadrado, Jefe del Departamento Electrónico de Comarth e Ingeniero Técnico de Telecomunicaciones por la Universidad Miguel Hernández, se encuentra trabajando en estos proyectos, y aunque es optimista, piensa que es necesario un cambio de mentalidad para que el vehículo eléctrico sea una realidad. Asumir que, de momento, va a consistir en un coche urbano.
«El momento actual es clave para pactar la estandarización de los puntos de recarga»
Las ayudas que se han aprobado recientemente constituyen la continuación del proyecto MOVELE, dotado con ocho millones de euros en ayudas directas para la compra de vehículos eléctricos y que concluyó el año pasado. En esta ocasión la subvención para este concepto se multiplica por nueve. El catálogo MOVELE incluye más de cien vehículos entre motocicletas, turismos, cuadriciclos y vehículos comerciales, pero algunos de estos, como por ejemplo el Nissan LEAF, no estará disponible en España hasta septiembre de este año. “En ocasiones, los políticos, por querer colgarse la medalla, apoyan a cualquier tipo de vehículo eléctrico que entre en España aunque no sean españoles. Nuestros productos reflejan lo que a día de hoy es posible hacer en el sector del vehículo eléctrico, están diseñados para ser rentabilizados por una empresa, pero jamás lo serán cuando se trata de vehículos que cuestan 35.000€”, añade Martínez.
Otro de los puntos calientes lo constituye la recarga de los automóviles. Básicamente existen tres tipos distintos: carga lenta, desde un enchufe doméstico; carga rápida o ultra rápida, en sus distintas modalidades y, por último, la sustitución de la batería completa. Esta última modalidad se deberá llevar a cabo exclusivamente en “electrolineras” y permitirá la máxima autonomía del vehículo, puesto que en menos de cinco minutos un sistema automatizado realizaría el cambio. Todos estos sistemas se están implantando en la actualidad mientras que se desarrolla la tecnología de las baterías, de manera que el mercado de la movilidad eléctrica se encuentra en un punto vital en el que se debería trabajar por la estandarización de los sistemas de recarga. En la actualidad existe un sistema de carga rápida denominado CHAdeMO, fusión de «Charge de Move» y «O cha demo ikaga desuka«, es decir, “vamos a tomar un té mientras carga” en japonés. A este sistema, fundado en 2009 por Nissan, Toyota, Mitsubishi, Subaru y la compañía eléctrica japonesa Tepco, se adhirió ENDESA el año pasado. La implantación del coche eléctrico se encuentra, por tanto, en un momento crucial para la realización de movimientos estratégicos por parte de las distintas empresas implicadas: ENDESA hace acuerdos con CEPSA, Iberdrola negocia con las Comunidades Autónomas la implantación de los puntos de recarga…
«La tarifa «supervalle» permitirá aprovechar el excedente energético de energía eólica que se produce durante las noches ventosas»
Expertos en el sector conciben la carga en puntos de recarga públicos como complemento para la carga realizada por las noches en el garaje del propietario del vehículo o bien en el centro de trabajo. El vandalismo y la necesidad de habilitación de sistemas eficientes de pago de la recarga disuaden a muchos de la viabilidad de este sistema, aunque existen sistemas muy desarrollados para evitar estos inconvenientes, por ejemplo, las soluciones que aporta la empresa barcelonesa Circutor. “El futuro está en las plazas de garaje, en diez o quince años, cuando el coche eléctrico sea una realidad todos necesitaremos una plaza de garaje para poder enchufarlo. La Ley de Propiedad Horizontal ha cambiado y no hay que pedir permiso a los vecinos para instalar una toma de corriente en tu plaza”, asevera Ginés Ángel García, socio-director dela empresa Konery Eficiencia Energética.
Recurrir a la recarga nocturna no será un problema para la red eléctrica según la opinión de Miguel Francisco Calleja, responsable de regulación de Iberdrola con las Comunidades Autónomas. El cambio se hará de una forma gradual y la red será capaz de absorber sin problemas la demanda, ya que esta transformación se hará de manera gradual. Hay que tener en cuenta que la energía necesaria para recargar un vehículo es similar a la que se consume con un par de lavadoras, unos 2500 vatios.
El modelo de recarga nocturna es el que, en principio, está apoyando el Gobierno, tal como se desprende de las decisiones aprobadas en último Consejo de Ministros. Uno de los puntos a destacar es la creación de la tarifa “supervalle” para empresas, desde la una de la madrugada hasta las siete de la mañana en verano y desde las doce hasta las seis de la mañana en invierno. El objetivo, absorber el excedente de energía eólica generado en las noches de fuertes vientos, puesto que, en ocasiones, las empresas eléctricas se ven obligadas a desconectar un determinado número de molinos para no saturar la red. Economía, eficiencia y ecología parecen combinarse de manera perfecta para solucionar nuestros problemas de movilidad en un futuro cercano, pero en el aire se masca la tragedia: ¿cómo se compensarán los ingresos que reportan al Estado los impuestos sobre los combustibles fósiles? Ni a esta ni a otras cuestiones ha querido responder, hasta el momento, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
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Es raro encontrar a escritores con conocimientos sobre este tema , pero creo que sabes de lo que estás hablando. Gracias compartir un articulo como este.