Hidrogenesse: «Tenemos muy poca imaginación, a las máquinas sólo les ponemos vestidos de muñeca»

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Genís Segarra y Carlos Ballesteros justo antes de interpretar ‘Un dígito binario dudoso’ en la Sala Apolo de Barcelona.

Para el desarrollo de la ciencia y el conocimiento es imprescindible que en ese proceso esté presente la  imaginación. Eso es lo que ha utilizado el dúo barcelonés Hidrogenesse para sacar adelante su Alan Turing Project, que se ha acabado llamando Un dígito binario dudoso, verso que aparece en su canción de 2001 Un mystique determinado y que consiste en una declaración de amor totalmente verdadera y devota al mismo tiempo que incongruente a partir de la traducción automática de unas declaraciones de Morrisey acerca de Manchester, ciudad en la que precisamente Alan Turing trabajó sus últimos años.

Fruto de un encargo realizado el año pasado por un ya extinto centro de arte de Sevilla cuyo objetivo final era la creación de un espectáculo que combinara ciencia, tecnología y música, Carlos Ballesteros y Genís Segarra (de formación veterinario y filólogo hispanista respectivamente), ya habían disparado su imaginación y su avidez investigadora sobre el personaje cuando el proyecto queda cancelado. Un año después y tras dejar de lado otros proyectos ya está disponible este recorrido de poco más de media hora y ocho paradas en los aspectos más significativos del matemático que comprendía y amaba a las máquinas.

Feedback: La idea de dedicar un recital a Alan Turing surge como un encargo que se cancela. ¿Por qué seguís adelante con el proyecto?

Carlos Ballesteros: Una vez que nos tuvimos que documentar y  ya teníamos en la cabeza ideas sobre canciones, letras y algunas melodías… eso se te queda. Y si te apetece y ya te ha saltado la chispa, la figura de Alan Turing es para hacer un biopic, un musical o cualquier cosa. Es fascinante, trágica, cosas de humor y de la relación del hombre con las máquinas que ya habíamos tratado nosotros en un EP antiguo.

Genís Segarra: Nos enamoramos de Alan Turing al leer tanto sobre él y lo que había escrito, teníamos que hacerlo. Es muy guay cuando tienes ideas. Cuando tienes ideas llévalas a cabo, porque no siempre las tienes.

“Parece que un poeta haya creado a Alan Turing para explicar los problemas de verdad y confianza”

F: ¿Después de esta experiencia qué habéis aprendido?

GS: No sé si hemos aprendido cosas nuevas, lo que sí hemos aprendido es a entender cosas que ya sabes, que ya intuyes sobre la relación con las máquinas y las personas…  te ayuda a entender, como por ejemplo por qué un ordenador se bloquea y deja de funcionar sin apagarse. Ves muy claro leyendo sobre su vida y lo que le pasó, la importancia que él le daba como matemático a lo que es verdad, a lo que es falso, a lo que es de confianza (trust) o a  lo que no se sabe qué va a ser.  Paradójicamente en su vida fue todo al revés: por ser honesto y confiar en la gente fue castigado… hay una paradoja sobre la verdad, lo falso y la confianza que parece que escrita por un poeta.  Parece que un poeta haya creado a Alan Turing para explicar esos problemas básicos de verdad y confianza que hay en el mundo.

F: ¿Ahora que acabáis de publicar este trabajo, os habéis planteado hacer otro sobre algún otro tema científico?

GS: Se nos quedó en el tintero parte de las cosas que hacía Turing muy chulas pero que no nos dio tiempo a darle forma de canción…

CB: … por ejemplo la última parte de su obra en la que habló sobre la morfogénesis y que no acabó de desarrollar, pero que me parece muy interesante: los patrones de las formas animales y vegetales. Creo que de ahí también se podría sacar un tema guay. No nos dio tiempo porque queríamos cerrar ya el disco. En el futuro quizá.

GS: Nuestro próximo disco tiene que ver más con otra ciencia: la Arqueología.

F: ¿Y en qué fase se encuentra?

CB: Está medio hecho, pero nos arrebató Turing y decidimos seguirlo y aparcar lo otro. Son piedras que están ahí y que algún día las excavaremos.

«La música es la única ciencia en la que puedes obtener resultados loables sin conocerla»

F: Aunque por las características de vuestro trabajo quizá se os pueda considerar más ingenieros que científicos, ¿consideráis que la música es una ciencia?

GS: La música es una ciencia bastante exacta, lo que pasa es que nosotros somos autodidactas y muy perezosos. La utilizamos con intuición, es la única ciencia en la que puedes obtener resultados loables sin conocerla. No somos nada ingenieros, de hecho la parte técnica de hacer discos la sufrimos mucho, lo que nos interesa realmente son las canciones…

CB: Lo otro otro es lo que más nos cuesta: acabar de mezclar un disco, masterizarlo, esas cosas de ingenieros para las que hay que tener mucho oído, muy claras las ideas… eso siempre es lo que más nos cuesta cerrar.

F: ¿En el futuro los robots harán música?

GS: Ya hay programas software que hacen música, crean melodías y harmonías. Que eso no esté metido en un robot autómata o una vaina diseñada en California da un poco igual. No es mi mundo la música generada por máquinas, sí que las personas utilicemos las máquinas para hacer música.

 F: ¿Qué opinarán las máquinas de nosotros en un futuro, de aquí a cuando os queráis imaginar?

CB: Pues que fallamos constantemente…

GS: … y que tenemos muy poca imaginación, porque creo que vamos para atrás a pesar de todos los avances tecnológicos. Es como una metáfora del mundo idealizado pasado. Cuando alguien inventa una interfaz nueva que hay que aprender a usar fracasa, sin embargo si esa interfaz tiene unos botones que parecen los de una máquina de escribir y todo recuerda un mundo idealizado y pasado, ni siquiera futurista, esa interfaz triunfa. Eso en la música es así. Si quieres crear un instrumento virtual y que la gente se lo descargue le tienes que dar la apariencia de un sintetizador de los años setenta, si lo pones en blanco con los cuatro botones donde puedes abstractamente crear un sonido sólo lo van a usar mil personas. Creo que las máquinas dirán: “Qué poca imaginación tienen, nos hacen vestiditos de muñeca”. Eso es lo que hacemos con las máquinas: ponerles vestidos de muñeca.

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